Tras un trabajo previo de investigación y recopilación de información, finalmente han sido cuatro las localizaciones seleccionadas por el Grupo de Desarrollo Rural para figurar en esta iniciativa. Se trata de los Huertos Familiares de Villa del Río, el paisaje de la Vega de Posadas, los Pagos de Huerta de Palma del Río, y los Huertos Familiares de San José en Villafranca de Córdoba.
En los Pagos de Huerta de Palma del Río, por ser el paisaje de huerta y regadío tradicional más emblemático de la comarca, se ha diseñado y señalizado una ruta de 10 kilómetros para hacer andando o en bicicleta y que transcurre por los pagos de La Barqueta, Pedro Díaz, y La Graja. Durante el recorrido, los paneles informativos instalados nos acercan a los valores más significativos del patrimonio palmeño: el cultivo del naranjo, las casas de huertas, el patrimonio hidráulico, el río Genil, la naranja cadenera, etc. En estos parajes las primeras huertas aparecen ya en el siglo XV, y desde entonces se ha desarrollado alrededor del cultivo de la naranja una cultura del agua y un saber agrícola especiales. Norias, azudas, albercas, pozos y acequias han sido los protagonistas de la historia de los Pagos de Huerta en los últimos cinco siglos. Aquí, a pesar de la modernización y la despoblación sufrida en los últimos años, aún quedan vestigios de las costumbres y modos de vida pasados, como observamos en las casas de huertas aún en pie, en los restos de las inmensas norias que abastecían de agua a las huertas, o en los sistemas de cultivo tradicionales que aún se usan, destacando por encima de todos el cultivo de la Cadenera, variedad de naranja autóctona que se produce en árboles de gran tamaño, muchas veces centenarios.
En Posadas se ha instalado en la Avenida de Andalucía una mesa panorámica interpretativa del paisaje de Vega que se ve desde ese punto, mientras que en Villafranca y Villa del Río los carteles instalados dan información sobre los llamados “huertos familiares” creados en estas dos poblaciones. Esta experiencia de los huertos familiares fue desarrollada por el Instituto Nacional de Colonización en los años cincuenta del siglo pasado y se extendió por numerosos municipios de toda España con el objetivo de apoyar a las familias más necesitadas. Consistía en adquirir terrenos cercanos al pueblo y con disponibilidad de agua para riego; después se procedía a la parcelación, puesta en regadío, y construcción de viviendas. Los huertos se cedían a los obreros o trabajadores agrícolas en peor situación económica para el abastecimiento familiar o comercio a escala local.
Además, en las antiguas aceñas árabes de Villa del Río también se ha dispuesto una señal interpretativa sobre este importante elemento del patrimonio hidráulico de la comarca, que en su época de máximo esplendor fue uno de los molinos harineros más grandes del Guadalquivir.
Esta actuación forma parte del proyecto de cooperación "Paisajes Agrarios Singulares Vinculados al Agua: Huertas y Regadíos Tradicionales", que entre 2007 y 2009 ha coordinado el Grupo de Desarrollo Rural del Medio Guadalquivir con el objetivo de proteger, conservar, recuperar y difundir los valores de este patrimonio cultural en peligro de desaparición o desvirtuación de su espíritu original que son las huertas y regadíos tradicionales de Andalucía.
Además del Grupo de Desarrollo Rural del Medio Guadalquivir, el resto de participantes provienen de Granada (Vega-Sierra Elvira, Altiplano Granadino, y Valle de Lecrín-Temple-Costa Interior), Cádiz (Litoral de la Janda y Campiña de Jerez), Córdoba (Campiña Sur), y Málaga (Valle del Guadalhorce). En cada una de las comarcas participantes se han catalogado los principales paisajes agrarios del agua con los que se ha constituido la Red PAISAGUA de Paisajes Agrarios del Agua. La intención es aprovechar este sistema en red para dar a conocer los modelos de aprovechamiento agrícola tradicionales en regadío, y promocionar estos paisajes como recurso para el turismo rural y natural.